Qué a gusto

Tendremos que ser serios por una vez y sacar conclusiones graves de todo esto, planetarias, económicas y políticas. Pero no solo. Vengan también conclusiones menudas sobre esos asuntos cotidianos estadísticamente despreciables, pero que enladrillan la calidad de vida. Por ejemplo, tiene su gracia morena y su gozo infinito el dejarse ir al pairo, la barba de seis días, andar casi en pelotas, comer con los dedos y silbar a deshoras, proporcionándonos todo ello una relajada sensación que nos ayuda a llevar la cruz del enclaustramiento y que así no le entre la histeria a este calvario o acabamos todos tirando a la parienta por la ventana, como anteayer un tarado en Valladolid.

La ropa, por ejemplo. Qué gran conquista no tener que ponérsela en este tiempo confinado. Y seguro que redescubriste algún viejo pantalón, bata, andrajo o chandal, paño domado que te caía de guante y alguien quiso siempre tirarte a la basura, prenda ancha en la que van cómodas y libres tus carnes, sin que tengas estos días que confinarlas también a ellas en trajes, etiquetas, fajas o siluetas indebidas, carnes que además tienden ahora a lo expansivo, así que no habría peor tortura que intentar embutirlas en su vieja talla. Y mira que es hortera ese chándal... pero qué a gusto. Y ya puestos -o dispuestos-, ¡a por todo lo que sobra, estorba o caducó! Tirarlo es otra zona de gozo primitivo si se hace sin titubeos. Tiempo de zafarrancho doméstico. Algún armario puede acabar perdiendo la mitad de su peso. Mucha mierda y ropa vieja almacenamos, ¿para?... tírala ya, ni lo pienses; y si no tienes perro, estas limpiezas radicales te irán proporcionando cada día bolsas de basura que sacarás a pasear. Y cuando concluyas la reconquista de espacio y orden, sin duda te dirás ¡pero qué a gusto, Madre del Amor Hermoso y del Estropajo con Lejía!... ¡pero qué a gusto se queda una!...

Míralo así: el confinamiento también te libera de teatros, servidumbres, gastos maniáticos, rutinas bobas... ¡sobra tanto de lo que hacemos o tenemos!... ¡y nos falta tanto de lo que mañana nos hará falta!... en fin, ¡a gusto te van a dejar!...