Editorial | Pacto obligado del PSOE y el PP
La práctica totalidad de las grandes democracias consolidadas en el mundo están sustentadas de manera fundamental en un sistema de bipartidismo. Otros países, como puede ser el caso de Italia, viven permanentemente condenados a una inestabilidad que les lleva a verse condicionados o incluso gobernados por populistas o por partidos de corte sectarista territorial, algo a lo que también parece condenada Bélgica, que literalmente bate todo tipo de récords de bloqueos sin gobiernos. En España, el sistema de libertades y derechos es muy joven con respecto a nuestro entorno, y eso lo hace especialmente vulnerable, porque nos falta a la ciudadanía y a los propios partidos políticos mucho más poso democrático. El principal lastre que se genera es esa especie de incapacidad manifiesta a dejar a un lado las luchas partidistas y las ansias electoralistas para avanzar unidos, y con pactos de luz y taquígrafos en asuntos fundamentales como puede ser la política exterior. La reunión de ayer de los responsables de los dos partidos en los que afortunadamente se sustenta nuestra Democracia no debe defraudar a la ciudadanía, que en todos los sondeos reclama un acuerdo de altura. Pedro Sánchez debe olvidar su unilateralismo y a sus imprevisibles compañeros de viaje, y Pablo Casado debe creerse su liderazgo del centroderecha. Unidos, colaborando, seguro que es como darán a España lo que necesita.