El virus del consejo
Hoy tengo que medir bien. Quiero hablarles de una obra de creación artística, concretamente de su parte final, sin reventarles el placer de disfrutarlo. Un cortometraje del fotógrafo de este periódico, Fernando Otero, narra la originalidad de una peluquería. Es una historia de Dublín, probablemente porque sólo podía darse allí, en una ciudad que suma a sus singularidades del legado irlandés, una nueva vida aún más cosmopolita al ser receptora de miles de chavales, muchos españoles, que han encontrado allí las oportunidades negadas en su tierra. Y con el plus de aprender ese inglés que la enseñanza de este país nunca logró, al menos hasta ahora, hacer eficaz.
Digamos sólo que el documental está disponible en internet ( More than a Barbershop, Vimeo) y que lo único realmente pesado es leer el listado de premios y nominaciones. El trabajo de 18 minutos narra la experiencia de Abner Brown, donde se aúnan la actividad peluquera con la afición por la música de sus dueños, eso sí, con un rigurosísimo altruismo.
Les voy a hablar de su parte final. Pero sólo de un elemento colateral y anecdótico, para evitar eso que ahora se ha venido en llamar ‘hacer un spoiler’. Uno de los protagonistas de la cinta, sin duda un genio por su singular historia, comenta que cada día atiende a un mínimo de tres personas que le explican cómo debería hacer las cosas. Incluso bromea con que al próximo...
Aproveché para ver la breve cinta en familia por el confinamiento. Era una de tantas asignaturas pendientes para las que uno nunca termina de encontrar tiempo, aunque luego resulta que son más placenteras que otras que catalogamos estúpidamente de importantes.
Y todo coincide en el tiempo con tantas defensas a ultranza de lo rural. Eso sí, desde urbes con decenas de miles de personas o más. Me vino a la memoria la tantas veces repetida escena de veraneantes, domingueros, pisapraos ... explicando al autóctono del pueblo cómo debe ser su vida. Esa sonrisa paciente de reiterados síes, ese ‘tiene usted razón’ que sólo intenta zanjar cuanto antes la monserga del que no tiene otra ocupación frente al que se ve obstaculizado para sumirse en sus labores.
Nuestros pueblos y sus gentes se merecen paz y salud. El desconfinamiento se cierne como una gran amenaza. También del imparable virus del consejo...