Diario de León

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En este tiempo de las fases yo creo que muchos nos estamos quedando desfasados. El tema de conversación en la calle suele estar alrededor de la fase en la que estamos. ¡Ah pues nosotros ya estamos en la fase 2!, otros dirán en la fase 1 e incluso se han establecido diferencias entre la fase 0 y la 0,5. Pero claro es que además las fases no son iguales en todos los sitios y lo que es posible hacer en una zona determinada puede ser no factible hacerlo en otra aunque este en la misma fase. Vamos que con este panorama me parece normal que la ciudadanía se haya visto desbordada y «desfasada». Pero claro si hablamos de la posible vacuna de nuevo tenemos que recurrir a las «fases». Hay una carrera entre los distintos países para encontrar la vacuna y el éxito en alcanzarla depende de «la fase» en que se encuentre. También aquí puede ser que el concepto de fase varié en función de los criterios de definición de cada administración. Vamos otro lío de fases. A mí todo esto me recuerda un poco al color que cada ayuntamiento aplica para determinar las restricciones de aparcamiento en cada ciudad. Ello obliga a los conductores a llevar una especie de diccionario para que puedan ver que significa el color verde en cada municipio, ya que puede tener muy poco que ver con lo que significa en otro, incluso aunque pueda estar relativamente próximo. Uno añora cuando las fases eran las que tenían los cohetes espaciales y te decían que en su ascenso la nave se había desprendido de tal fase. Desde luego era mucho más claro. También en el mundo del deporte ha sido habitual la utilización del término. Todos aspirábamos a que nuestro equipo pudiera jugar una fase de ascenso o la fase final de un determinado torneo. Eran fases con un contenido más placentero. Ahora incluso esas fases se tienen que jugar sin espectadores. También aquí los aficionados nos hemos quedado «desfasados». A todo esto nos gusta también saber «en qué fase está la evolución de la pandemia». Tampoco aquí la respuesta es muy clara. Si cabe decir que en tanto en Europa en general (como en España en particular) la pandemia remite. Ahora el foco está en América Latina. No se puede aplicar aquello de que la «fiesta va por partes» ya que no estamos precisamente en algo festivo, pero sí que «la pandemia va por partes» e incluso por continentes. Empieza en Asia, sigue por Europa y ahora ha llegado a América. En todo caso también aquí es difícil establecer en qué fase de evolución de la pandemia estamos. La recopilación de datos plantea problemas. Para empezar no hay una definición uniforme de lo que son los casos, los muertos asociados al Covid-19 o los recuperados. Ha sido relativamente habitual el decir que «nos habíamos olvidado de contar estos muertos» y claro si se añaden ahora eso significaría cambiar la curva de evolución. En España, desgraciadamente, tenemos un concepto bastante negativo de nosotros mismo. Eso sí los que lo hacen mal son «los otros españoles, no tanto yo». Sin embargo es falso que en los demás países «aten los perros con longaniza». Les pondré algunos ejemplos. En Suiza el 27 de abril. En sus cifras oficiales llegaron a decir que había -10 muertos (es decir resucitaron 10, avanzados que son). En Alemania el día 5 de mayo notificaron 0 muertos pero al día siguiente pasaron a ser 282. En Rusia notifican 326.448 casos pero sólo 3.249 muertos. Sin embargo el Reino Unido con bastantes menos casos 250.908 tiene 10 veces más de muertos 36.042. Es decir según esos datos los rusos enferman mucho de coronavirus pero mueren poco. La interpretación puede ser o que los rusos son muy resistentes y los británicos unos «flojos» o que los datos no casan del todo. Si comparamos los datos de España con los de Francia tenemos que en número de casos de España son muchos más que Francia (234.824 España y 144.163 Francia) ello además teniendo en cuenta que hay unos 20 millones más de franceses que de españoles. Sin embargo a nivel de fallecidos las cifras se tienden a igualar: 28.628 España y 28.215 Francia. Es decir la tasa de letalidad en Francia (19.6%) es notablemente superior a la que se da en España (12.2%). También esa tasa española mejora la que tiene el Reino Unido (14.4%) o Italia (14.2%). Eso sí quedamos muy lejos de los rusos (1%). En todo caso esperemos que estar en fase de «ascenso» en base al «descenso» (otro lío más) del número de casos y fallecidos. Ahora que todo el mundo parece haber visto llegar está pandemia, yo les confieso que desde el 6 de marzo tengo mi reloj de pulsera a reparar y todavía no lo he recuperado. Es un signo de que el tiempo se ha parado y que yo también me he podido quedar desfasado.

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