Editorial | Premio justo para los que batallaron en primera línea

En la prensa existe una permanente presencia de la labor del personal sanitario a través de los lectores. Desde hace décadas, rara es la semana en la que no llega al Diario de León una carta al director para mostrar el agradecimiento por el trato recibido.

Unas son en primera persona. Otras en nombre de un familiar. Las más tristes, las de quienes reconocen la labor desarrollada para hacer mejores las últimas horas de un pariente o de un amigo recientemente fallecido.

Y prácticamente todas son un homenaje trasversal. Al personal médico, de enfermería, auxiliares, de limpieza, de ambulancias... Quizá pocos trabajos hacen más evidente el éxito de la labor en equipo, en la que cada uno pone su granito de arena para prestar la mejor asistencia posible a las personas, cuando más necesitadas están de salud y de atención personal.

El premio Princesa de Asturias de la Concordia otorgado ayer es al colectivo. A todos los que trabajaron y se jugaron su salud y su vida para combatir ese enemigo invisible pero inapelable que tanto daño ha dejado. Para todo el personal sanitario que combatió el Covid-19 y asistió hasta la extenuación a decenas de miles de españoles.

Estamos todos muy orgullosos de ellos. Cada aplauso de las 20.00 horas en los balcones ha sido totalmente merecido. Pero ahora toca ser justos con ellos. En la próxima crisis sanitaria deberán contar con recursos suficientes. España está a la cabeza de contagios entre su personal de hospitales y residencias. Para afrontar una batalla tan complicada es de justicia disponer de los medios necesarios.

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