Editorial | Protesta lógica en un León que no puede esperar más tiempo
La crisis del coronavirus agrava de manera evidente y muy notable los problemas estructurales que arrastran la sociedad y la economía leonesas. A estas alturas nadie es capaz de entender la razón por la que los sindicatos no han reactivado la llamada Mesa por el Futuro de León después de que hayan transcurrido tres meses de su sesión inaugural.
Quizá por ello las organizaciones de empresarios y de autónomos han decidido dar un paso al frente para organizar sus propias movilizaciones. Ayer tuvo lugar la primera en la plaza de Regla, junto a la Catedral de León, y para el día 7 hay convocada otra en Ponferrada.
Un total de 19 colectivos vinculados a Fele, Círculo de Empresarios y Cámara de Comercio mostraron, con el gesto simbólico de su mascarilla caricaturizada, su queja por la incertidumbre que padece toda la economía del país ante el permanente cambio de leyes y, de manera especial, las problemáticas que arrastra la provincia y que se agravaron en los últimos años con el final abrupto de la minería y de la energía térmica.
Razones sobran para salir a las calles aunque de momento haya que hacerlo con cautela por el riesgo de rebrote de la pandemia del coronavirus. Pero es conocida la regla inapelable que marca la economía, en la que sólo la confianza y la estabilidad permiten que las cosas funcionen.
En un momento en el que la prioridad es el empleo se hace imposible el pensar que nadie vaya a invertir si no sabe qué novedad le puede aportar al día siguiente el Boletín Oficial del Estado.