Editorial | Una Mesa por León que sirva de verdad para su futuro

Nadie a estas alturas ha sabido explicar las razones por las que la Mesa por el Futuro de León ha dormido el sueño de los justos desde su primera reunión del 3 de marzo. Llegó el confinamiento y mientras todo se hacía a distancia gracias a las nuevas tecnologías los ‘dueños’ de esta mesa, los sindicatos, dejaban pasar las semanas mientras los problemas estructurales de la provincia se agravaban con esa paralización de la economía que ha llevado al límite a demasiadas familias, autónomos y empresas.

Ahora se fija por fin una fecha. Poco más se sabe sobre si se han corregido los problemas que generaron múltiples críticas tras la sesión constitutiva. Entonces la presencia de mujeres estaba reducida a la mínima expresión. Y había una representación sobredimensionada de los convocantes y de algunas patronales, mientras faltaban otras y también instituciones fundamentales como los grandes ayuntamientos o incluso la Universidad.

Se supone que allá por marzo, tras esa primera foto, se iniciaron unos trabajos concretos para presentar propuestas y una hoja de ruta de actuación. Ojalá que esta segunda reunión de junio no sea sólo para informarnos de que llega el verano y que todo habrá que dejarlo para septiembre. León no puede esperar, y sería bochornoso pensando en aquellas 80.000 personas que salieron a las calles el pasado 16 de febrero y que cuatro meses después observan este silencio de aquellos a los que apoyaron, que sólo ha facilitado un agravamiento de los problemas y de los indicadores de que la provincia, ‘así se muere’.

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