El color del dinero

Destruir la memoria de lo que fuimos y, por lo tanto, de lo que somos, no es una buena manera de progresar. Podemos prohibir todo aquello que no nos gusta, borrar el rastro del recorrido de la humanidad, puerilizar aún más a una sociedad que no es capaz de poner en tela de juicio la munición ideológica con la que se deja envolver en la espiral de sus circunstancias, pero nada de eso nos hará ser mejores. Será todo lo contrario, porque un mundo sin pecado original no se salvará nunca. Necesitamos repasar todas las escenas de nuestro rastro cultural para avanzar ¿hacia qué? ¿alguien sabe contestar si en realidad vamos hacia adelante? ¿dónde está el punto de partida si derribamos las señales que nos indican todos los senderos que hemos recorrido y dejado atrás? En este etnocenrismo temporal, en el que nos colocamos por encima de todos los que nos antecedieron, olvidamos que todo es herencia y que, además, las cuestiones que nos proponemos no son originales (curiosa palabra que se emplea como oxímoron de su raíz) sino que ya fueron masticadas y digeridas por cuantos nos precedieron. Pensamos que lo que hacemos es revolucionario y, sin embargo, nuestra ignorancia cree que la mejor manera de progresar es quemar las naves de los que nos trajeron hasta aquí. Que el interés económico decida borrar el cine, la literatura, el arte, ¿la música? sólo es la demostración de que somos como cachorros, perros que dan vueltas sobre los orines de otros para descargarse de su responsabilidad.

Vamos a censurar, censuremos todo lo que nos recuerda que en realidad no hemos sido capaces aún de salir de la miseria. Será la mejor manera de que la miseria no deje de tutelarnos. ¿Os creéis mejores que quien? ¿Que Céline? ¿que Rousseau? ¿Pensáis que  La cabaña del Tío Tom  debería destruirse? ¿Y  El Romancero gitano ? ¿Deberíamos mantener la Biblia en la oscuridad? ¿Y qué tal cerrar la puerta al machismo de Sartre? A algunos se les da demasiado bien quemar libros, pero lo malo no es la imbecilidad sino seguir su estela para no sentirnos solos.