¿Resistiré (mos)?
Pensaba unas anotaciones sobre la canción que nos ha ayudado a sobrellevar los días más duros del confinamiento, después de los aplausos a un colectivo al que más tarde y en algunos casos han convertido en estigma social. Volubilidad tras los calores. Los hechos incitan a prolongar el comentario que encabeza estas Hojas.
El Dúo Dinámico no escribió la letra de Resistiré. Uno de sus componentes, Manuel de la Calva, es el autor de la música, pero la letra es de Carlos Toro Montoro, que ha compuesto cientos de temas. Este periodista deportivo es hijo de Carlos Toro Gallego, condenado a muerte por la dictadura franquista, indultado. Aunque la historia paterna está presente en el texto, no es determinante. Más bien se esconde detrás un dolor sentimental.
Otra cosa es si resistiremos, con este panorama desolador y bochornoso de la política y sus oficiantes. Uno piensa en los gladiadores romanos, que acabaron al servicio de los políticos. Y aquí hay tantos gladiadores y tan mamporreros, que hacen difícil la gobernanza. Pagamos la ineficacia, la desvergüenza, la mala educación, barriobajera y sucia, el descrédito insultante porque con dinero público solo persiguen intereses privados. Simplistas y ramplones. En qué mierda están convirtiendo el Parlamento y las instituciones. ¿Tenemos que aguantar tanto? Lo decía un superviviente camaleónico, que es, al parecer, su mayor mérito, ahora presidente de comisión rimbombante e inútil: «No entienden nada, nada». Es verdad. Ni él. A Primaria, o a la calle, «por salud democrática», según expresión que tanto les gusta. Es necesario resetear este país.
El Gobierno está pagando el peligroso riesgo del hiperliderazgo. De ahí el equilibrio o balanceo sobre la nada, con un socialismo descafeinado, soberbio y señorito, sin discurso que cohesione. Tantos charcos innecesarios en momentos delicados. Difícil gobierno, sin alternativa, porque la derecha se muestra cada vez más irresponsable, enrocada, recalcitrante y montaraz, esgrimiendo desde la cumbre unas nuevas Tablas de la Ley y pidiendo lo imposible. Uno no sabe dónde estuvieron hasta ahora.
Se oye en algunos círculos ciudadanos, respetando siempre el distanciamiento social —el político es insalvable—, que había que pensar muy en serio un gobierno de tecnócratas. ¿? «Podría ser —sentencia bajo la mascarilla el más enfadado—, pero con esa legión de políticos inútiles e innecesarios buscándose el garbanzo para saber cuánto cuesta».