Editorial | Dieciséis semanas y un verano para tomar fuerzas
León abandona hoy 16 semanas de pandemia y casi cien días de confinamiento y limitaciones, una situación sin precedentes históricos que deja no sólo una ciudadanía conmocionada sino una situación económica que dibuja un panorama de difícil solución en los próximos meses. Todo ello sin olvidar el temor a los rebrotes, que volverán. De la intensidad con la que lo hagan dependerá la capacidad de recuperación no sólo sanitaria y social, sino también económica.
De momento la provincia estrena un verano sin fiestas y marcado por las distancias sociales, o al menos esas son las recomendaciones que indica la prudencia para preservar la salud. Una prudencia que no convence a todo el mundo, sobre todo a las actividades que seguirán afectadas por el parón económico y perderán con las suspensiones veraniegas en muchos casos su capacidad de sobrevivir como negocio.
El camino de la recuperación económica será largo, el parón de actividad y sus consecuencias dejan de nuevo a los colectivos sociales más vulnerables en una dramática situación de pobreza y subsistencia al límite. Colectivos a los que se suman ahora trabajadores y pequeños empresarios que hasta marzo vivían una realidad muy distinta.
El presidente del Gobierno llamó ayer a la unidad política para respaldar la postura española en Bruselas. Y, sobre todo, llamó a «España a entenderse con España». Unidad fue la palabra que más repitió Pedro Sánchez en su última intervención del largo estado de alarma. La que considera que será imprescindible para no dejar caer el empleo y las empresas, y la que asegura que ha sido esencial para vencer unas «semanas tenebrosas». Habría que exigir que estas propuestas de unidad fueran sinceras, y no sólo por parte del Gobierno, sino también por la necesaria aportación del PP.