Máximo riesgo de incendios con operativos que ganan celeridad
La Junta presentó ayer su dispositivo para la presente campaña de incendios forestales, y aprovechó para hacer balance sobre los primeros meses del año. Achacó directamente la escasa incidencia a las reiteradas lluvias caídas durante la primavera, un factor que por contra aporta el principal riesgo durante el verano, porque la vegetación en los montes será más abundante de lo normal. Pero quizá cabe preguntarse si en ese nivel tan bajo de fuegos durante la primavera no ha tenido que ver también mucho el confinamiento. Lamentablemente está comprobado que la mano del ser humano está detrás de la mayoría de los incendios forestales. Y la crisis del coronavirus limitó los desplazamientos a pueblos y montes, incluso para las personas que acuden habitualmente desde otras provincias en momentos como en la Semana Santa o los puentes festivos, que este año no se han podido celebrar. Un dato que debe servir de alerta para todos es que resulta imprescindible conseguir que se conviertan los fuegos en meros conatos. Además de evitar riesgos innecesarios es clave agilizar las alertas para conseguir una reacción lo más rápida posible. La implantación de cámaras en el Bierzo prueba que si se llega a tiempo se minimizan los daños.
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