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Me pregunto qué estará haciendo ahora la reina emérita. ¿Dónde habrá pasado el confinamiento? ¿Estará bien?. El último acto en su agenda pública fue el 6 de marzo. En la página oficial de la familia real aparece una foto suya delante del Cristo de Medinaceli, pensativa, con la cabeza gacha y semblante triste. Nada se sabe de doña Sofía desde entonces. Hija, esposa y madre de rey, y abuela de la futura reina de España, ha desaparecido de la actualidad mediática de este país. Podría pensarse que la quieren invisibilizar para protegerla de este tsunami político y judicial al que se enfrenta la Monarquía en España. El resto de los mortales nos enteramos ahora de que el rey, su marido, no solo tenía una amante—lo que es irrelevante para el funcionamiento de la institución— sino que le regalaba millonadas de un dinero procedente de supuestos negocios que parece ser le reportaban al rey pingües beneficios durante su reinado como jefe de estado de un país en continua crisis. ¿Los sabía doña Sofía?

¿Sabía la reina emérita que el rey sacaba (supuestamente) 100.000 euros TODOS LOS MESES de una cuenta secreta en Suiza entre el 2008 y 2012, los peores años de la crisis económica en España?. En el año 2011, en el discurso de Nochebuena, el rey Juan Carlos dijo aquello de «afortunadamente, vivimos en un Estado de Derecho y cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La Justicia es igual para todos». Y pensamos que se refería a su yerno, Iñaki Urdangarín, inmerso en pleno proceso del caso Nóos. La mujer de Urdangarín, la infanta Cristina, la hermana de rey Felipe VI, dijo en el juicio que desconocía los negocios de su marido. Y quedó absuelta.

Sabía doña Sofía que su marido, el rey emérito, sacaba 100.000 euros todos los meses de su cuenta en Suiza, como publican ahora algunos medios?

«Mi marido y yo no hablábamos de Aizoon ni de nada que se le relacione. No eran temas que me interesase hablar con él. En esos años, mis hijos eran muy pequeños y estábamos muy ocupados», dijo. Pero casi nadie la creyó. Ahora que los medios de comunicación publican datos confidenciales sobre los movimientos bancarios del rey Juan Carlos y documentos sobre donaciones de dinero imposibles de ahorrar con su sueldo como monarca ¿qué pensará la reina emérita, acostumbrada a poner la excelencia profesional por delante de sus sentimientos personales?. Si ahora apareciera en un acto público, algo, de momento, muy improbable ¿qué actitud tomaría?. ¿Veríamos a la reina fuerte, profesional y entera a la que estamos acostumbrados o notaríamos en su gesto ese rasgo de tristeza y dolor que muestra delante del Cristo de Medinaceli?

«El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza» (Miguel de Cervantes).