Editorial | León pierde oportunidades en la explotación del turismo idiomático
Al margen de los directamente relacionados con el Covid-19 relativos a la salud y la sanidad, en
la larga relación de daños colaterales aparece ahora, llegada la temporada, el vertiginoso desplome del turismo idiomático, que deja en suspenso la llegada a la ciudad de 1.500 alumnos extranjeros y la evidencia de la necesidad de un plan de choque que aminore los daños a corto plazo.
Que la Junta planee ahora una campaña de alcance internacional para aliviar al sector y que la Secretaria de Estado de Turismo advierta de la debilidad de la demanda extranjera radiografían una realidad que debe llevar a la reflexión sobre lo que se ha hecho y, sobre todo, sobre lo que se debería haber hecho y se quedó en una declaración de intenciones cuando hace dos años se vendió a bombo y platillo la oferta León, destino en español. Aquella campaña quedó en ese pomposo eslogan bienintencionado mientras otras ciudades aprovecharon magníficamente sus oportunidades. Así lo hicieron, sin ir más lejos, Valladolid y Salamanca, donde 1.500 familias acogen cada verano a alumnos extranjeros que priorizan el aprendizaje del español sobre cualquier otra opción vacacional.
Todo lo relacionado con la enseñanza de idiomas se ha convertido en elemento generador de turismo y, en consecuencia, también de riqueza para territorios que tienen en la pureza de la lengua heredada un patrimonio de extraordinario valor. El español es uno de los idiomas con mayor demanda y, atentas a ello, muchas ciudades del entorno geográfico luchan por captar ese perfil de turistas y alumnos de diferentes países.
El Centro y la Escuela de Idiomas, el Instituto Confucio, la delegación de la Universidad de Washington y también las academias privadas, sobradamente acreditadas, constituyen muy buenas posibilidades sobre las que construir una gran oferta. Pero, pese a ello, convertir a León en una ciudad de referencia en la enseñanza de español para extranjeros sigue siendo sólo una vieja aspiración, porque no se ha dado un paso en firme en ese sentido para desarrollar una estructura sólida, coordinada, atractiva y vendible. El turismo idiomático, sobre todo como complemento del cultural y patrimonial, abre enormes posibilidades en cuya exploración y explotación León continúa perdiendo oportunidades.