Editorial | El doble bloqueo de Feve que deja un daño grave para la sociedad
El conflicto de la línea ferroviaria de Feve generado por aquel proyecto de tranvía, que resultó ser un imposible, mantiene en precario una infraestructura que se degrada cada año que pasa, porque la actual parada en la zona del Campus Universitario es un auténtico ‘repelente’ para los viajeros. Pero la situación de la compañía estatal que ahora está integrada dentro del grupo Renfe también provoca otro bloqueo paralelo en lo relacionado con el proyecto para urbanizar la zona de su estación histórica, ubicada en pleno corazón de la capital, entre las calles Ramón y Cajal, Álvaro López Núñez y Padre Isla.
En el primer caso, el del servicio ferroviario, se asegura que existe una imposibilidad legal para que los trenes puedan circular por dentro de una ciudad con una evidente peligrosidad. El accidente de Santiago de Compostela obligó a realizar una revisión de las normas de seguridad en España que han complicado lo que en todo caso parecía algo demasiado aventurado al convivir los trenes con las personas sin mucho sitio. Pero el proyecto de adecentamiento de los solares ubicados junto a la estación no plantea problemas legales ni de ningún tipo que sean justificables. A estas alturas, tras las sucesivas revisiones y tramitaciones durante años, no parece factible que queden flecos para poder alegar como razones para unos retrasos que dañan a la ciudad y a sus habitantes.
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