Cerebro muerto
Casi nos da algo el otro día cuando nuestro profesor emérito (hoy emérito suena de coña), don Sócrates Valdueza (le gusta que de vez en cuando le masajeemos el tratamiento), se nos presentó con camisa y pantalón negros (pese a la caló que hizo ese día), sandalias negras, sombrero negro, mascarilla negra... y si hubiera llevado además antifaz negro, diríase que estaba inventando El Zorro Negronegro , idea que podría explotar el movimiento Black Lives Matter revisando al clásico mito blanco -el literario y el peliculero- y vistiéndolo para su causa.
¿Vamos a rodar una peli, profesor?, ¿a qué tanta negrura?... Estoy de luto riguroso , respondió abatido, y se nos cuajó la risa. Vaya, ¿quién murió?... y se abatió aún más: Llevo luto por el creciente número de paisanos y amigos a los que se les ha muerto el cerebro y a otros tantos que se les morirá sin duda por creer que ya no lo necesitan al tener las cosas muy claras y despejar así toda duda hecha palo en las ruedas de su carro chillón del que tiran dos bueyes cerriles y, ahí subidos, ellos de víctimas flameando el trapo de la tribu . Me refiero a la tropa de conversos que fueron durante décadas, o son, súbditos silenciosos o cómplices pagados de esta Junta untonómica. Mamaron de ella o maman y ahora exigen otra autonomía a medida, no saben si regional o provincial, todo más cerca, más a mano; y la mano, larga. Saben que «solos se pilla mejor». Y ya conocen todos los trucos de este sistema autonómico; con él gobernarán -no hay más, ni tienen pensado otro- su ideal León Solateras . Más de lo mismo. Idéntico cáncer. Para ese largo viaje tanta alforja os deslomará al jumento. ¿De verdad se abolirá la corrupción cuando estéis solos? Lo malo de la actual autonomía no es el tamaño (burro grande, ande o no ande) o la falta de identidad, sino su andamiaje administrativo y clientelar que es escuela y hace sistemática la corrupción más desvergonzada, esa jaca que galopa y corta el viento cuando pasa por la puerta caminiiiiito del cohechooó... en el despacho; y después, de putas.
Es usted todo un poeta, profesor, le peloteó nuestro libreoyente.