Editorial | La Justicia debe proteger el patrimonio que es herencia de las cajas de ahorro

La caída de las cajas de ahorro durante la pasada crisis económica plantea múltiples efectos en variados ámbitos. Fuera de toda duda queda la pérdida de lo que en su día fue calificado acertadamente como músculo económico de esta tierra. En la provincia de León la herencia de logros financiados por su Caja incluye asuntos tan relevantes como la Universidad, sus principales centros sociales y asistenciales, o iniciativas de éxito industriales y hoteleras en los que su aportación de origen resultó fundamental.

Ahora está en juego el reparto de su ingente patrimonio. La transformación bancaria de la Caja generó una división en dos frentes, el del negocio económico y el de su papel como entidad promotora de la cultura y la acción social.El Juzgado 9 de León tiene la difícil papeleta de determinar la propiedad de un buen número de bienes que van desde lo artístico a lo inmobiliario. La causa será probablemente de largo recorrido en la Justicia salvo que las partes alcancen un acuerdo. Parece entendible y asumible que nadie renunciará prematuramente a sus derechos, y desde la sociedad parece lógica la preocupación y la exigencia de que se busque una solución eminentemente social para una labor que era por definición eso, social. Hay que proteger los derechos de sus verdaderos propietarios, los ciudadanos leoneses, que fueron su razón de ser y sus financiadores reales.

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