Acuerdos necesarios de las autonomías para paliar un déficit de coordinación
La reunión entre Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha puso las bases para un trabajo conjunto en aspectos relacionados directamente con la pandemia pero que también se extenderán a otros ámbitos. Este paso es novedoso en sus fines aunque no tanto en el hecho en sí que supone una colaboración entre comunidades para solventar problemas que comparten. Un buen ejemplo son los pactos entre autonomías —por ejemplo de Castilla y León con Galicia o Asturias— para combatir de una manera más eficaz los incendios forestales o para ofrecer un servicio más eficaz en Sanidad o Educación en las comarcas limítrofes. Pero detrás de todo esto quizá lo que se echa en falta es una política general basada en la coordinación. Ayer se reunieron dos presidentes del PP y uno del PSOE. No se trataba de hacer política, lo importante era aprovecha de una mejor manera los recursos. Y resulta que todo fue en el fondo fácil y eficaz. Pero en cuanto los aparatos políticos de los partidos se activan en sus sedes —por ejemplo en Ferraz o Génova— las cosas se hacen con otras prioridades y los imprescindibles pactos sobre materias fundamentales como Sanidad o Educación se hacen imposibles. Y es precisamente en esos grandes acuerdos donde se deberían establecer unos cauces de estrecha y directa coordinación.
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