La vida pública, homogénea
Los esfuerzos de transparencia de los políticos y administraciones respecto a su vida personal en los últimos años han sido más buenas intenciones de cara a la galería que exposición real de currículums que permitan garantizar la cacareada claridad frente a los ciudadanos. En los casos más sonados han servido para que el contrario político los utilice como arma arrojadiza, ahí están los lamentablemente abundantes casos de engordamiento sospechoso de títulos y otros laureles académicos.
Lo cierto es que en la práctica muchos políticos esconden más que enseñan, o directamente no atienden a las exigencias de transparencia. En Castilla y León el PSOE ha llevado a las Cortes la propuesta de unificar la información que se da públicamente a los ciudadanos de los cargos de la Junta, de forma que sea clara y suficiente. La respuesta del PP ha sido que exigirá lo mismo para todos los procuradores. Aunque sea por revancha política, bueno sería que al final lo público fuese transparente para los ciudadanos.