Hacer política con los regadíos es una irresponsabilidad que genera daño
La favorable declaración de impacto ambiental que han recibido las balsas del Órbigo avala un proyecto fundamental para corregir la carencia histórica de agua que sufre esta cuenca hidrográfica. Tras incontables informes quedó claro que era la fórmula más adecuada para solventar ese conflicto que periódicamente genera déficit en los regadíos del Páramo, uno de los motores fundamentales de la economía leonesa. Pero el cambio de Gobierno en Madrid tras la moción de censura de Pedro Sánchez ha generado un giro de 180 grados en un proyecto que avanzaba con celeridad. Ahora, sin ningún tipo de apoyo técnico o científico, desde la Confederación Hidrográfica del Duero se está poniendo en duda esos embalses que ayer se puso en claro una vez más que son totalmente necesarios.
En un momento en el que se alzan tantas voces en favor de lo rural, de las producciones locales, de la búsqueda de impulsos al campo no tiene mucho sentido este retroceso. Y más cuando los propios científicos alertan que en un futuro serán menos las precipitaciones y será más necesario el control del agua disponible.
La jornada Modernización de Regadíos que analizó las Expectativas para el Campo y el Medio Rural Leonés puso en claro que las balsas son imprescindibles. La Junta así lo defiende. Lo que no termina de entenderse bien es el giro que se está dando en la Confederación y que exhibe un claro ‘tufo’ político.