Editorial | Corregir la brecha entre los territorios

«El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español». Así de claro figura en el artículo 138 de la Constitución una necesidad muy real para evitar esa brecha que cada día se hace más grande entre la España del Mediterráneo, Madrid y las comunidades privilegiadas por su financiación como el País Vasco, y el resto que se repartan las migajas. El sistema genera una injusticia mayúscula que cada Gobierno agrava un poco más con una apuesta por la España desarrollada, mientras la otra, la que se desangra viendo marchar a sus jóvenes, mendiga infraestructuras, proyectos y apoyos para frenar el desequilibrio creciente. En el tren hay mucho en juego.