Fundido en negro
Recuerdo la explicación de un agente de jugadores de baloncesto sobre las estadísticas: todos esos datos son como los bikinis, enseñan mucho, pero al final sirven para ocultar lo más importante. Aquel comentario llegó bastante después de la medianoche y con vasos en los que el agua que contenían se limitaba al hielo. (Evidentemente omito el nombre del autor e invito a quien le tiente comprobar si se le puede aplicar algún artículo del Código Penal que se salte todos los párrafos hasta el último...).
Se dice que los datos son exactos. Pero todo eso se diluye con su criba e interpretación. Vivimos una pandemia en la que se nos pierden no sé cuántos muertos. Y alguno podría decir, si finalmente se produce en un par de semanas el pico de ingresos en las ucis, que como los ciclos de covid se miden cada 14 días, el cierre de los bares está en el origen de esa tragedia....
Había una cadena de radio que para combatir el ‘España va bien’ daba los datos de la Bolsa con un doble rasero. El índice subía en porcentaje (décimas apenas cada día) y por contra empleaba el dato real para los descensos, con caídas de cientos de enteros... Y para disipar dudas nada como los datos del paro, con ‘cocina’ que pone en evidencia a muchos que asoman sin pudor la patita en función de sus colores... O los Presupuestos, ideados coma a coma para facilitar el titular apropiado en cada territorio.
Ahora el Gobierno quiere una prensa más atada. Ya no se trata sólo de ese ‘plasma’ que nos invade, con comparecencias de políticos de medio pelo o calva entera que no admiten preguntas, que envían notas de prensa para no dar la cara... A diario en los medios toca combatir contra esa asepsia, contra ese neopuritanismo que desde hace tiempo amordaza a demasiada gente que tiembla al ver cómo se le acerca un periodista porque el mayor pecado en su trabajo es decir algo o permitir una foto.
En Estados Unidos las cadenas le cortan la señal a un presidente cuando miente y no pasa nada. O quizá pasa algo importante. Aquí muchas teles le harían especiales sobre sus ‘sabias palabras’, sin ningún pudor... En nuestra sociedad hace tiempo que lo transgresor se subvenciona en el BOE. ¿Es entonces algo más que pesebrismo? Todo se invade con un puritanismo que eleva a los altares a ciertos intocables y que airea listas de temas tabús de los de porque sí. Algo falla en este fundido a negro...