Editorial | Atrapados en el desastre de la segunda ola

Trabajadores y ciudadanos que hasta hace pocos meses llevaban una vida normal, y que ahora se ven sumidos en la pobreza. Hasta el punto de tener que pedir ayuda para comer. Un sector de vulnerabilidad económica y social que crece a pasos agigantados a medida que se prolonga la pandemia; y que la actividad económica se resiente hasta el punto de dejar en el camino multitud de negocios y muchos más empleos.

Las oenegés que trabajan en la provincia son día a día testigos de la dramática situación de muchas personas y familias, y de las consecuencias que el estado de necesidad y la desesperanza tienen también para su autoestima y su salud psicológica.

El catálogo de ayudas anunciadas desde todas las administraciones no llega a todas las personas en situación de necesidad. Pasan los meses y la posibilidad de volver a trabajar en determinados sectores se aleja. Se imponen nuevas medidas.