Unos presupuestos que deben servir para sobreponerse al daño del covid
Que sean escudo social y económico para superar la pandemia y abordar la recuperación. Es el objetivo definido por el presidente de la Junta al presentar el proyecto de Presupuestos de Castilla y León para 2021, que suman 12.291 millones de euros y suponen una cuantía récord, con un incremento del 13%. Pero esas referencias numéricas no tendrán mayor valor ni serán creíbles si no sirven para pasar página de la crisis desatada por la pandemia, sobreponiéndose a los enormes daños económicos, laborales y sociales causados por el covid y, sobre todo, si no contribuyen a mejorar las condiciones de vida de quienes peor lo pasan. Porque no vale sólo con salir, sino avanzar sin dejar a nadie atrás.
La reactivación de las inversiones y transferencias de capital asumirán 1.595 millones de euros, un 13% del presupuesto, con el objetivo de dinamizar la economía y afrontar el reto de que la comunidad autónoma supere esta extenuante situación con menos recesión, menos paro y menos deuda que la media de los territorios.
Con 1.290 millones de euros de asignación provincializada, y al margen de un análisis más detallado y de los argumentos que se manejen por intereses políticos, no parece que León haya salido mal parado en ese reparto, que encabeza por cuantía absoluta entre las nueve provincias —hay que considerar el capítulo de personal como elemento distorsionador— y que supone 2.892 euros por habitante. Aunque la cifra relevante es la relativa a la inversión real, que roza los cien millones de euros. Regadíos siempre, restauración minera, infraestructuras, comunicaciones y desarrollo industrial capitalizan el grueso de esa asignación.
Serán, en términos generales, unos presupuestos que sin duda pondrán a prueba la capacidad de diálogo y entendimiento, que la han demostrado en alguna ocasión, de todas las fuerzas políticas para enriquecer esas cuentas y no para utilizarlas como arma arrojadiza. En ese sentido no cabe más que exigir un ejercicio de responsabilidad, al margen de perniciosos intereses partidistas. Estimular a los sectores productivos y las empresas, dinamizar el mercado laboral y combatir la despoblación del medio rural, pero también fortalecer los servicios sociales y la educación y, de manera especial ahora, garantizar una atención sanitaria de calidad que llegue a todos.