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Como hacía solo tres años que había muerto Franco, su familia y el franquismo tenían todavía serias razones para no creérselo y aún faltaban otros tres para demostrar que tenían músculo hasta para dar un golpe de estado que a un pelín estuvo. Pero en 1978 a los Franco ya les entraba algún miedo al cuerpo viendo que socialistas y comunistas metían pluma y silla en la Constitución que iba a aprobarse ese mes de diciembre... y eso podía significar que bien podría el Estado empezar a expropiarles o incluso expoliarles... ¡Virgen de Covadonga!, debió pensar la asturiana ahora jefa del clan, la viuda de Paco el de la rebaja, María del Carmen Polo y Martínez Valdés, ahora «señora de Meirás» además, aristocracia de embudo... ¡vienen por nosotros y algo habrá que hacer!... 1978, ¡qué año el de aquel día!, día en que, sin saberse cómo, ardió en febrero parte del Pazo de Meirás volatilizándose en las llamas mucha cosa, dijeron... y en abril, un mes después, era detenida en Barajas su hija, Carmen Franco y Polo, por ir a Suiza llevando en el bolso más de dos kilos de monedas de oro, condecoraciones de su padre, brillantes y joyas (con una multa de siete millones de pesetas que le impuso el Tribunal de Contrabando se arregló el episodio)... qué añito... y no digo con esto que tenga motivo el podemismo regustándose tanto al cagarse en el santo espíritu del 78, en su padre y en el hijo, amén Colás.

Hay investigaciones que apuntan a intencionado ese incendio: antes y después hubo trajín de guardias y camiones militares sacando bulto y material velado con mucha lona, patrimonio que fácilmente podría enajenarse al no existir... y un otro plan: restaurar el pazo la familia Franco con su propio dinero (cien millones de pesetas) permitiría un día alegar usucapión, su único derecho de propiedad expuesto en estos últimos pleitos. Y si los Franco dijeron que el Manuscrito de Astorga , patrimonio leonés, voló en aquel incendio, ¿por qué Nino Fernández asegura que se vendió a una galería o museo de Londres y que allí se encuentra ahora?... pues entonces, malo... ni echándole un galgo.