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Editorial | León y el reto de asentar las bases de su transformación ecológica y digital

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El crecimiento sostenible como eje conductor e integrador de todas las políticas sectoriales es la bandera de enganche que la Comisión Europea ha izado mirando al futuro del continente. El objetivo a largo plazo de construir un planeta limpio fija su horizonte en el año 2050. Y para conseguirlo, la Unión Europea se ha propuesto liderar esa transición hacia una economía y una sociedad climáticamente neutras, partiendo de la evidencia de que el calentamiento global es la consecuencia de la acción del hombre en muchos ámbitos, entre otros la utilización de combustibles fósiles. En ese escenario que se diseña, la eficiencia energética y las energías renovables, la movilidad sostenible, el aprovechamiento de la biodiversidad, las infraestructuras y la conectividad que posibiliten un alto nivel de evolución, la economía circular y la digitalización e investigación y desarrollo serán elementos clave para alcanzar ese objetivo.

La primera gran tarea debe ser la definición de unos objetivos coherentes que sean asumidos ya por la Mesa por el Futuro de León

La provincia de León, tan denostada y sin embargo tan privilegiada por muchas razones, no puede perder la oportunidad de ponerse en la vanguardia del país en esta transformación ecológica y digital. La envidiable riqueza medioambiental y el enorme valor de sus recursos naturales, el extraordinario potencial del sector agroganadero y la transformación asociada, la actividad relacionada con la investigación y la fortaleza de sus polos tecnológico y farmacéutico deben ser los pilares sobre los que asentar ese desarrollo, la transición ecológica y el crecimiento sostenible. Y debe hacerlo sobreponiéndose ya al trauma por el cierre minero y térmico que tanto dañó su base socioeconómica y laboral.

Su condición de beneficiaria de los fondos de Transición Justa, a los que habrá de sumar en 2021 los de recuperación de la crisis por el coronavirus, suponen una oportunidad que debe ser aprovechada a partir de la definición de unos objetivos coherentes y asumidos por la Mesa por el Futuro de León, con implicación real y compromiso firme de todas las partes. Porque el éxito dependerá de la capacidad de ejecución, pero también de la voluntad de todos —empresarios, sindicatos, administraciones, partidos políticos y colectivos económicos y sociales— para generar un proyecto transversal e ilusionante que definitivamente asiente las bases del desarrollo de esta provincia.