Diario de León

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Ala pancarta que envolvía las vacunas con el lema ‘Gobierno de España’ se le han reventado ya las costuras. En pocos días se cumplirán diez largos meses de pandemia y seguimos sumidos en una especie de reino de taifas institucional en el que ya se sabe que prima el no enfadar a los gobiernos nacional-independentistas del País Vasco, Navarra o Cataluña. Precisamente este territorio último centra todos los esfuerzos, en un deja vu si recuerdan a Montilla, lo que venga del Parlament se aprobará en el Congreso, lo de la nación discutible... O mirando más atrás la sonrojante confesión de que en Moncloa se hablaba catalán en la intimidad.

El tema podría quedar diluido tras el andamiaje del aparato propagandístico del Gobierno, ese que se expande más rápido que la cepa británica del covid, si no nos jugásemos tanto. Vergonzoso es una vez más el reparto de la tarta de fondos europeos para capear el desastre, con ciudadanos de primera y sentados los de siempre en vagones de tercera, viendo a los esbirros locales de esos gobernantes callados y escondidos por los rincones.Ése es un mal contagioso. Ese que sólo se ve en el otro, que se moldea según las necesidades. Los que claman pidiendo más restricciones ven aceptable una convocatoria electoral catalana en esa tercera ola que a veces da la sensación que ansían. Pero la oportunidad de un resultado apetecible ‘bien vale una misa’ aunque sea de funeral por los nuevos contagios provocados y más en una autonomía que ha sido permanentemente puntera en casos aunque sin tanto eco mediático.

Hay contagios y personajes inmunes. El vicepresidente autonómico Igea que saca periódicamente la escopeta al balcón para pegar perdigonazos a los que organizan y acuden a actos se plantó el 31 en Villafranca del Bierzo para cruzar la puerta del Perdón rodeado de no sé cuántas personas... Quizá fue para purgar su mentira cuando en pleno debate de la reapertura de la hostelería en esta tierra fijó para mediados de diciembre el colapso del sistema de salud de la comunidad. El 31 salió en la foto en corros ‘apiñaditos’. Y saldrá en muchas más aunque la responsabilidad vuele muy lejos.

Si esto escampa, el Jacobeo bianual será la mejor inversión que puedan recibir pueblos y ciudades de estas tierras Auténtica sangre revitalizadora. Esa que niega Madrid al repartir los recursos de todos. Y esa que es incapaz de atraer una Junta que contagia muy poco... especialmente esperanza.

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