Editorial | El conflicto enquistado del precio de la luz

Los españoles pagan uno de los precios por la electricidad más injusto de Europa. El coste real de producción apenas supone un tercio de lo que se factura desde las compañías, debido principalmente a los sobrecostes que aplica el Estado en forma de impuestos y de facturas pasadas por conflictos de la estructura energética del país. Cuando llegan temporales como el actual, con alzas de precios, se reabre un debate que sigue sin solucionarse, aunque está claro que el conflicto es viejo. Lo urgente una vez más son las familias damnificadas. Miles de hogares que no pueden pagar los gastos y se ven abocados a lo que se llama pobreza energética.

Ahora urgen las soluciones para esta situación, pero a largo plazo es exigible una política energética repensada y acorde con la realidad de España. Que no penalice a las familias ni a los industrias con sobrecostes injustos. El precio disparado del gas pone en cuestión decisiones como el final drástico del carbón, que siempre había facilitado márgenes de reajuste.