Eterna ruindad

Vvende una agencia de viajes inglesa por 50.000 euros 21 días de vacaciones en Dubai que incluyen vuelo en jet, las dos dosis de la vacuna contra el bicho, hotelazo, lujo a manta, piscinas en el ático, cachondeito rebozado y chinchín todo el día, además de un conserje médico las 24 horas hasta volver a casa relajado e inmunizado. Daremos por seguro que quien tenga ese dinero para caprichos no se va a privar de este que además se tomará como emergencia y prioridad. Quien tiene oro o poder lo primero que compra es salud y tiempo que le permitan crecerlo o disfrutarlo.

Esto escandaliza, por supuesto, si es que queda algo con lo que un rico pueda escandalizarnos, pero no nos tiene que sorprender; menos aspavientos, pues, y menos cacareos indignados en las histriónicas terletertulias; están -siguen- en su más viejo papel, el del privilegio. Y claro estaba también el negocio negro que despertarían las codiciadas vacunas, el estraperlo, el gran mercado negro y privado que además de los Emiratos Árabes también florece en India donde la vacuna cuesta 12 euros y ya hay peregrinaciones al Taj Mahal pasando por una clínica, India que, además, piensa abrir almacén y franquicia en Marrakech, bien cerquita, donde además de la vacuna ¿darán porritos para que el bicho pille un pedal que le confunda s¡ la vacuna no lo liquida del todo o no pilla la salida?... ¿pondrá de reclamo esa vacuna  La Mamounian  que acaban de reestrenar como el mejor hotel del mundo colapsado sin la clientela ricacha que le caracteriza?...

Los ricos ya no escandalizan; pero sí lo hacen los imitadores de sus privilegios por creerlos propios de su vara concejil, su sillón de consejero, su mitra episcopal o su fajín militar, sin contar las esposas o amigos y arrimados que aprovechan el rondón y que ahí se cuelan al chute clandestino. En las situaciones apuradas es donde se mide la grandeza o mezquindad de la gente. Siempre fue así. Pero díganse todos los pocos nombres de ese iceberg oculto y que al menos la vergüenza castigue la eterna ruindad humana.