Cuéntame, Luis
C uando hace cuatro años Hacienda destapó el escapismo a paraísos fiscales de Imanol Arias y Ana Duato, se especuló con que la serie «Cuéntame» de la televisión pública que les vino haciendo ricos sería suspendida. Rogamos entonces huir de la hipocresía de lavarse así la cara. Además, era mal negocio al ser una ficcion muy popular por el fotón sociológico que ahí ensaya emociones baratas. Quince años en antena entonces. Que siga, dijimos, al menos hasta llegar en esa telehistoria las décadas doradas de fuga de capitales y divinos patriotas y cuenten ahí esos Alcántaras su propia peripecia, las tramas y trampas que han permitido a las élites del país que en su pasaporte no figure España , sino Tócame Roque , gran nación esta donde las haya... y que ese capítulo de la serie se titulara Cuéntame cuentas y cuentos o «Canta, canta, pajarito, canta», como en aquella canción «Chiu, chiu» de « Los Huasos Quincheros »... «que tu cantar me alegra el corazón».
¿Lo veremos?...
A contar cuentas y cuentos -vengan cuéntames- parece dispuesto Luis Bárcenas ahora que se despechó y se juzgan chanchullos y mamandurrias del PP. Cuéntame, Luis , podría decirle el juez sabiendo que lo que cante ahí sin contarlo todo será solo lo conveniente a su estrategia. Pero aún viciado su cante, no cabe duda de que habrá en sus palabras trinos sueltos de una sinfonía larga y, por schubertiana, incompleta, pero suficientes como para confirmar la melodía base con la que ese partido silbaba al aire despistando fechorías. Y de poco le va a valer a Casado insistir en que su partido, este, no tiene nada tiene que ver con aquello. ¿No es la misma máquina? Y no deja de hacer largos en su palangana de Pilatos, qué tío, justificando que nada tiene que explicar ni pedir perdón a la nación entera por estafarse la fe pública en tanto pillaje con que se explica hoy el descrédito de la clase política, toda, y que cualquier español se vea justificado con tan buen ejemplo a hacer lo mismo. Y este sí que es un daño irreparable Y por tal, imperdonable.