San Calentón
Todo eso que escandaliza de Pablo Iglesias -vice de segundas- es solo calentón ante el San Calentín que mañana viene electoral; y eso pide brasas en la cabeza: que si esta democracia está virulé, que si los presos políticos o exiliados, que si la expresión libre, que si los excluidos del sistema, que si «Catalunya es mes que un club», que si el rey de Copas era también el de Oros, que si patatín... y patadón en los huevos a su gobierno y nación, gratuita munición para la burla extranjera y el sarcasmo del diplomático ruso que le metió a Borrell los presos en el corral. Es lógico que varones del socialismo clásico vean lo que muchos alertaron desde el inicio: el enemigo está dentro... y ese Iglesias, que solo es un Capillas, dicen que debe ser destituido ya porque, del susto que mete, a cualquiera le salen canas en el pubis... vaya andanas las de ese Punteras que, por ir de apellido eclesial, hace púlpito de todo bordillo al que se sube o hace barro en cualquier charco bendito si hay cámaras allí o un chistoso en el telediario de la princesa. Lo suyo solo es predicar... y darse trigo... o alpiste a sus canarios para que canten cuando mañana salgan las urnas a bailar su sardana en la que los mendas de cada cartel no se cogen de las manos, sino de los pelos. Esas urnas explican el calentón de Iglesias por San Calentín y la necesidad de dar a sus bases la pinta de que su líder en chicuelinas sigue siendo un bocas necesario, aunque urgido de altisonancias para reavivar un sueño que se rompe si la fe en lo público se hace un chalet en lo privado... y es que ¿cómo complacer o no espantar a cada uno del refugium pecatorum y totum revolutum de Podemos con tantos istas como jamás se vieron en un solo partido haciendo ahí un cóctel (explosivo) de anticapitalistas, republicanistas, marxistas, feministas, nacionalistas, ecologistas, laicistas, pansexualistas, separatistas?... del ascenso de Iglesias, como del de Cohn-Bendit, diría Regis Debray: Un bonito paso para él, un paso atrás para su colectivo... Pablo Iglesias o Pablo Motos tienen un problema: empiezan a estar demasiado vistos.