El manifiesto
Ala vista de las reiteradas deslealtades políticas del vicepresidente Pablo Iglesias y de los enfrentamientos entre miembros de uno y otro color dentro del Ejecutivo surge una pregunta: ¿cuánto tiempo puede durar el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos? La repuesta sólo la tiene en su cabeza Pedro Sánchez pero a juzgar por los antecedentes de su relación con Pablo Iglesias, es probable que en ningún momento se haya planteado la ruptura ni siquiera a título de hipótesis.
Por decirlo en corto, porque la ruptura provocaría una quiebra en la situación de confort en la que se encuentra instalado quien —caso del presidente del Gobierno— no acredita otro proyecto político que perpetuarse en el poder. Para quien pudiera considerar injusta esta apreciación le remito al copioso archivo de declaraciones del aspirante Sánchez en los dos o tres últimos años. Por eso sostengo que no romperá con el vicepresidente destituyéndole como le piden más de un centenar de personalidades de la política y la cultura en un manifiesto cuyo epígrafe —Cesar la infamia—, ahorra explicaciones.
Le piden que destituya al vicepresidente por decir que en España no hay plena normalidad democrática y defender que hay presos políticos y exiliados refiriéndose a los políticos separatistas catalanes sentenciados por sedición y al prófugo Carles Puigdemont.
Entre los firmantes del manifiesto figuran ex dirigentes socialistas como Joaquín Leguina, Francisco Vázquez, Nicolás Redondo Terreros o el exprimer ministro de Francia Manuel Valls que hoy es concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. A la petición se suman intelectuales como Francesc de Carreras, Félix de Azúa, Adela Cortina, Francisco Alvarez Junco, Teresa Freixas, Luis Alberto de Cuenca o Andrés Trapiello.
En opinión de los firmantes las declaraciones de Iglesias: «Socavan la imagen de nuestro país en un momento en que sus credenciales democráticas se ven puestas en duda por un ministro extranjero». Ya digo, ni tras conocer el resultado de las elecciones catalanas del próximo domingo en las que según los sondeos la franquicia de Podemos se dará un batacazo consolidando la tendencia generalizada a la baja de Podemos. Cuanto más debilitado políticamente esté Iglesias, mejor servirá a los fines de Sánchez. Pierdan, pues, toda esperanza los firmantes del Manifiesto.