Editorial | El PSCyL enreda en los bomberos y abre la puerta a nuevos retrasos
La puesta en marcha del plan antiincendios de la provincia de León es una prioridad que no admite más dilaciones. Se juega con la vida de las personas y con sus bienes, por la ausencia desde hace demasiado tiempo de un servicio que es esencial y que no se ha conseguido por una sucesión de despropósitos y de batallas políticas que resultan, como mínimo, bochornosas. Ahora de nuevo parecía que las cosas se canalizaban hacia una solución. Se había anunciado desde la Junta, para el primer trimestre, la publicación del decreto concretando la regulación. Existe un buen número de asuntos pendientes de concreción, como por ejemplo la situación en la que quedan los límites provinciales y la posibilidad de que unos servicios de emergencias crucen las ‘fronteras’ para mejorar y agilizar la atención a los ciudadanos.
Pero el PSCyL ha sorprendido a todos al romper la baraja. Ayer presentó una proposición de ley para promover la creación de un consorcio autonómico que dé respuesta unificada supraprovincial a las necesidades de los servicios de emergencia. Sería devolver de nuevo las cosas a la casilla de salida. El enésimo colapso para un asunto que urge como pocos. Los propios bomberos profesionales demandan máxima celeridad. Llevan 14 años esperando por una legislación que no puede demorarse más.