El castillo de Testera
En enero de 1901, se acaban de cumplir ciento veinte años, el fotógrafo Winocio Testera instaló un cinematógrafo Lumière en un salón de la calle Iberia de León. Allí proyectaba películas los domingos. Javier Tomé y Armando G. Colino contaban hace dos décadas en este periódico que además del aparato de los hermanos Lumière, toda una fábrica de sueños, Testera también mostraba a sus clientes un invento más antiguo de nombre pomposo y grandilocuente; Panorama Nacional e Imperial lo llamaba, y era un gran cilindro de madera donde los espectadores observaban a través de mirillas estereoscópicas una serie fotografías coloreadas a mano de ciudades europeas.
Pero a Winocio Testera se le recuerda hoy, sobre todo, por las imágenes sobre los principales monumentos y paisajes de la provincia tomadas a mediados de los años veinte que publicó en una Guía Artística de León . Las «soberbias ilustraciones», decía este periódico el 2 de mayo de 1925, acreditaban a Winocio Testera como «un verdadero artista». Entre el centenar de fotografías, hay una que nos interesa especialmente a los bercianos y de la que ya se había hecho eco Diario de León en su edición del 14 de marzo de 1924; « ABC publica en el número de hoy —decía este rotativo— una magnífica plana con la fotografía del hermoso castillo de Ponferrada, declarado recientemente monumento nacional y que es debida al notable artista leonés señor Testera». Y se preguntaba el redactor de este periódico si «¿no podría el amigo Winocio hacer una ampliación ‘de las suyas’ y exponerla para que se viera cosa buena?». Cien años después, y gracias al director de los museos de Ponferrada, Francisco-Javier García Bueso, aquella imagen por fin ha aparecido en las páginas de Diario de León, a cuatro columnas y en todo su esplendor. Y la pregunta que me hago ahora es si ¿no podría el Ayuntamiento hacer una buena ampliación de la fotografía de Testera y exponerla para que se viera cómo era el castillo que estuvo a punto de convertirse «en un campo de coceo», o sea, de fútbol, de no ser por la declaración de monumento nacional?
No se me ocurre mejor forma de hacer realidad la frase que Andrés Trapiello le ha dedicado a las antiguas fotografías de Testera y otros pioneros: «viejos retratos que en un solo fogonazo logran condensar todo el sustrato sentimental de un pueblo, de una época y de un sueño».