Editorial | Se echa en falta más transparencia en la Confederación
Casi dos años y medio después de que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) pusiera freno al proyecto para la regulación del Órbigo anunciando la elaboración de un «exhaustivo» estudio de viabilidad, el organismo sigue sin aclarar cuáles han sido las conclusiones de este informe, realizado para sondear el impacto socio-económico que la ejecución de las balsas de La Rial y Los Morales tendría en la comarca. El anuncio, realizado por la actual presidenta, Cristina Danés, sorprendió a propios y extraños no sólo porque el proyecto había pasado por nueve años de estudio de alternativas para definir las posibilidades de incremento de la capacidad de regulación y su viabilidad técnica, además de la redacción de un anteproyecto de las presas y el estudio de impacto ambiental, que fue informado favorablemente en el mismo 2019. También la propia Danés en su toma de posesión, en septiembre de 2018, reconoció que las balsas ya tenían una Declaración de Impacto Ambiental «en positivo» por lo que la idea era, entonces, darle vía libre.
El estudio vendría a aclarar aspectos que hasta ese momento «no se habían tenido en cuenta». Las posturas siguen ahora igual de enconadas que entonces, con los ayuntamientos afectados —Turcia, Carrizo y Cimanes— en contra del proyecto y los regantes a favor de abordar la regulación. En lugar de aclarar dudas, CHD ha optado por esperar a presentar el Plan Hidrológico 2021-2027 para dar a conocer el informe, una postura que no dice mucho a favor de la transparencia del organismo público.