Editorial | Responsabilidad y franqueza para que la Junta no frene su actividad
En plena crisis sanitaria y económica, al menos las autonomías de Murcia y de Madrid se han visto abocadas a un proceso de cambio de gobierno que paralizará durante semanas o meses una actividad de gestión que resulta imprescindible en plena pandemia. De momento parece que el temido efecto dominó en otros ayuntamientos y diputaciones no se ha producido, y en Ciudadanos se ha optado por la cautela tras la crítica generalizada recibida desde todos los ámbitos por el terremoto político que ha desatado en el peor momento posible, y sin que haya podido poner sobre la mesa unas razones objetivas que justifiquen el origen de todo, su moción de censura en Murcia contra un gobierno del que formaba parte.
Aquí en Castilla y León las cosas se han aclarado y se ha vuelto a la normalidad en el panorama político. La comparecencia conjunta del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP) y el vicepresidente Francisco Igea (Ciudadanos) ha exhibido una unidad al máximo nivel, que también ha recibido el aval de la cúpula nacional de Cs de la mano de Inés Arrimadas.
El gesto de ayer debe interpretarse como un compromiso clave. Pero siempre quedará el riesgo de que los procuradores naranjas opten por huir de la disciplina de su partido para apoyar la moción de censura del socialista Luis Tudanca.