Sin margen de error

Después de lo sucedido la pasada jornada en tierras asturianas, donde no conviene mirar atrás sino correr un tupido velo, pero para no abrirlo más, hoy el cuadro que dirige Idiakez vuelve a tener un verdadero examen en todos los sentidos, de credibilidad, estímulo, mental y deportivo. Y es que estos altibajos y giros de un lado a otro, no están suponiendo más que crear mucha desconfianza en todo el entorno culturalista. Esta irregularidad debe terminar, si de verdad se quiere ofrecer una imagen de solidez y fortaleza de un equipo, hecho para no sufrir sobresaltos y mostrar su verdadero potencial futbolístico.

Olvidarse de todo lo anterior y centrarse en lo que toca ahora, que es en horario matinal, enfrentarse a otro cuadro asturiano como el Marino de Luanco, para darle la vuelta a la dinámica de equipo, delante de la afición y mostrar la verdadera cara de todo lo que cada jugador de esta plantilla tiene dentro de él. La actitud debe volver otra vez a ser cualidad primordial de este equipo, y para eso hay que demostrarlo en el verde del Reino de León. Más dimes y diretes, disfrazar la realidad o poner pegas no tienen sentido alguno y menos justificación. El movimiento se demuestra andando, en este caso con el balón.

Último partido de esta primera fase, donde la victoria es fundamental para llegar a la segunda parte de la temporada con los máximos puntos posibles y lo más igualado con el resto de rivales clasificados. Es hora de ponerse el traje de faena y realizar el trabajo encomendado para que cuando llegue el pitido final, el resultado sea el esperado y sume tres puntos. El Marino es un equipo que no va a venir de paseo, porque se juega apurar sus opciones, por lo que el conjunto culturalista debe poner todo su potencial y exprimirse al máximo, si el resultado quiere ser el esperado. Es hora de mostrar todas las cartas y emplearlas con sentido y eficacia, porque el nombre de la Cultural no gana partidos, sino los que realizan el trabajo dentro del terreno de juego. La historia así lo relata, cuestión de fe.