Estructura táctica en movimiento
Es común la ligereza con la que nos referimos a los sistemas o estructuras de juego, aunque realmente lo sustancial es ver el desarrollo del mismo, y su funcionalidad dependiendo de las contingencias que maneja un equipo. Tales como, jugadores propios, características del rival y su situación, así como el modelo de juego y sus posibles variantes puntuales. En el partido entre Cultural y Marino observamos dos estructuras similares en parte, aunque a su vez dos funcionalidades muy diferentes entre sí tanto en modelo como en desarrollo de juego.
Salieron los leoneses con una organización estructural 1-3-4-1-2 en la que Virgil Theresin y Éric Montes eran los centrales exteriores junto a Rodas en el centro. Por dentro Luque y Sergio Marcos se situaban en zona de creación ofensiva y cobertura defensiva, con la variante en movimiento de su incorporación a zona lateral para provocar superioridades, cuando el equipo realizaba salidas de balón o reinicios de juego ante el bloque bajo del rival. Propiciaban con este movimiento, que tanto Álvaro Juan como Pipo en los costados pudiesen ganar altura ofensiva cuando se tenía la posesión del balón, y provocar acciones uno contra uno contra sus hombres exteriores Guaya y Borja Álvarez. Aun así cuando el balón llegaba a esas zonas exteriores faltó cierta certeza sobre la decisión a tomar en las zonas de profundidad y finalización.
Por dentro Escardó no consiguió recepciones en altura de zona de peligro, y se vio obligado en parte a modificar su posición, teniendo que realizar desmarques de apoyo sobre zonas intrascendentes para la evolución del juego. Otro día más Dioni demostró su inteligencia innata en el desarrollo del juego, intentando una y otra vez mover la marca fija de sus centrales y con ello sacarles constantemente de zona y generar espacios libres a su espalda. La acción del primer gol es una muestra evidente de ello. Luque buscó un pase sobre Bravo tras un rechace interior y ese espacio que encuentra para marcar, es justamente generado por Dioni con su movimiento de arrastre, al sacar a Trabanco con su marca fija. El segundo obra de Luque, precede a un error forzado por la buena presión de Dioni sobre Matador.