Los filibusteros

P ánico por la canilla abajo les vino a los oleoductos de EEUU cuando unos hackers bloquearon todo su sistema nervioso paralizando de cuajo su inmenso fluir y negocio con la amenaza de un desabastecimiento nacional, exigiendo un rescate pirulón por restablecer el clic y alarmando a la Bolsa, que ipsofacto estornudó petróleo como no podía ser de otra forma. Tremendo, nos confirman otra vez que los más potentes sistemas de ciberseguridad de gobiernos o fortificadas corporaciones y empresas pueden ser asaltados fácilmente al objeto de robar datos (poder), chantajear, extorsionar o intoxicar con verdades mentirosas buscando la infamia o atizar odios.

Internet creó un océano y multiplicó navegaciones e intercambios como nunca se soñó (merçi beaucoup), la vieja fórmula que hizo avanzar a la humanidad moviendo mercancías, exploradores, ideas o colonos. Igual ahora, pero virtualmente, lo que permite ir de Vigo a Buenos Aires al instante sin tardar el mes que costaba en barco hace un siglo. Prodigioso. Pero igual que el océano, internet lo surcan mercantes gigantes, buques-factoría, lanchas recreativas, veleros de pesca pobre y millones de chalupas, cascarón que toquisque tiene hoy para poder mojar el culo en esas aguas o lanzar anzuelo para cotorrear, follar, comprar o felicitar a la abuela. Jamás ningún océano se vio tan poblado; colisiones y atascos están servidos al minuto. Pero como todo océano, también este invita a hackers (malos y alguno bueno), piratas, corsarios con patente de su gobierno y toda la tipología de filibusteros, del ganzúa al mercenario, del robinhood al vil salteador. Vaya un dato que escalofría a España: 4 de cada 5 pymes ha sufrido asaltos y extorsión informática... ¿nadie les libra del pirateo?, ¿hasta dónde llega la poli cibersegura con tanto bandolerismo?... pues a lo que alcanza: poco... o nada en lo mayor. Y si ni siquiera las grandes potencias se libran, ¿qué haréis vosotos?, preguntó Sócrates: estáis vendidos, barato os compran y muy caro lo pagáis... si hay gobiernos piratas, habrá piratas que os gobiernen... tiempo de filibusteros.