Editorial | Palabras pero no hechos por la educación rural
No hay demasiados motivos para celebrar el reparto que la Consejería de Educación ha realizado de los nuevos ciclos de Formación Profesional para el próximo curso que trae a León solo tres de las 18 titulaciones que habían solicitado los centros de la provincia. Más allá de comparar la distribución territorial de los nuevos estudios, que beneficia claramente a Burgos y Valladolid con ocho y doce ciclos más, respectivamente, la decisión de la Junta frustra las posibilidades de crecimiento de los centros educativos del medio rural en León, donde no se ha atendido ninguna de las peticiones. Teniendo en cuenta que es la propia consejería la que hace gala de que los estudios implantados en los pueblos de seis de las nueve provincias —Burgos, Palencia, Salamanca, Soria, Valladolid y Zamora— van a contribuir a «mejorar la cohesión social en la Comunidad», cabe plantearse por qué se han ignorado las pretensiones de los centros educativos de Astorga, Toreno o Valencia de Don Juan. No le falta razón, por ejemplo, al alcalde de este último municipio al reivindicar la relevancia que supondría haber obtenido para el instituto local un ciclo de Elaboración de productos alimenticios en plena tierra de campos, frente a los cuatro títulos de Desarrollo de aplicaciones web que se han aprobado en esta convocatoria para sendos centros educativos de la urbe más grande de la Comunidad. Una vez más, la apuesta por mantener en pie a los pequeños municipios se queda solo en frases hechas que no culminan en resultados reales.
+Que en Puente de Domingo Flórez siga habiendo viñedos y un proyecto, Pago de los Abuelos, con grandes reconocimientos es obra del enólogo Nacho Álvarez.