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Terminé de escribir la reseña y la dejé reposar antes de remitirla a Papel Literario, suplemento del periódico venezolano El Nacional, con el que colaboro cuando me apetece escribir sobre algún libro o tema. Y a mí me apetecía mucho escribir sobre Soy Catalina de Salazar, la mujer de Miguel de Cervantes (Huso, 2021), de José Manuel Lucía Megías, en Palabras hilanderas la colección que dirige la leonesa de convicción Marifé Santiago Bolaños. Tras mandarla, ese mismo día, el ejército ocupaba y embargaba la sede del medio de comunicación, símbolo de resistencia democrática. ¿Su delito? Publicar que el segundo de Maduro está siendo investigado en Estados Unidos por presunta vinculación con el narcotráfico. Se les ha impuesto una indemnización de 13 millones de dólares, imposible de pagar y no solo en un país empobrecido. Entraron metralleta en mano en la redacción, para apoderarse de lo que ni siquiera pertenece solo al periódico: el derecho a informar. Y se lo entregan a los malos. Vil victoria. Siento tristeza por mis amigos venezolanos, muchos en situación de austeridad heroica. Papel Literario aúna cultura y pensamiento como armas de lucha, no solo ante los problemas de Venezuela sino de los del mundo. En sus páginas, brillantemente dirigidas por Nelson Rivera, he escrito de la autobiografía de Woody Allen, sobre la edición de Juan Matas de los sonetos de Góngora, acerca de cómo la fe ayudó a Tolkien a sobrevivir también espiritualmente a la guerra…Un periódico y un suplemento integrados por grandes profesionales, más grandes si cabe por serlo en tiempos aciagos, cuando lo previsible sería desesperar. Ni El Nacional ni Papel Literario se han rendido, ni se rendirán. Esto no va a ser un final, sino otro principio.

La reseña la he titulado Y entonces apareciste tú , palabras que el autor pone en boca de Catalina, acerca de su primera visión de Miguel. Y en Venezuela, ay, aparecieron otros con su poder absoluto a silenciar a quienes les denuncian con voz valiente y noble. En los próximos días, saldrá publicada en las páginas de DIARIO DE LEÓN, como solidaridad con el periódico silenciado. En derechos humanos, no hay cerca ni lejos. Todo ocurre en nosotros. No hay allí, todo es aquí.

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