Mejor con más lunas
E l abrazo de Luna fue un refugio al que un ser humano se agarró como único hilo de conexión con la vida. Un gesto humanitario salvador que las miradas sucias han intentado empañar dejando al descubierto sus propios pensamientos, esas miserias con la que cargan para su desgracia y que atribuyen siempre a las demás personas. Luna abrazó a un joven marroquí en el que sin duda fue uno de los peores trances de su vida y las redes sociales mostraron un coladero de miserias bloqueado inmediatamente por un movimiento de solidaridad. El abrazo de Luna es un gesto que muestra la cara de las buenas personas, esas a las que no hay que perder de vista y que son mayoría, aunque los más miserables hagan más ruido. Como madre, espero que haya muchas Lunas por el mundo, personas buenas, compasivas, del color que sea y de cualquier lugar del planeta, que abracen a mis hijas y las reconforten del dolor si se encuentran en apuros. A este mundo que nos quieren imponer cada vez más desarraigado, individualista y competitivo, las buenas personas molestan porque irradian una luz que ciega los ojos del que mira con rencor. El abrazo de Luna es un bofetón, sin darlo, con la mano abierta. Un golpe seco no sólo para los racistas, también un gesto simbólico contra los tiranos y dictadores que gobiernan pueblos como Marruecos, que no dudan en utilizar a los más débiles como bombas de racimo contra España, que tiene fiado al país alauí el peso del control de las fronteras. Un débil equilibrio que Marruecos utiliza en beneficio de sus intereses siempre que lo necesita. Y para compensar, ahí están las buenas personas en el Ejército de Tierra, Legión, Guardia Civil y Cruz Roja que paran la hemorragia que llega por el agua, un torrente humano arrojado al mar por las autoridades marroquíes, que planificaron el asalto con engaños a menores que buscan mejores condiciones de vida. El origen de la última tensión con el país ‘hermano’ parece estar en el traslado a un hospital español del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali. Aunque las causas no están claras, el Gobierno español defiende que ha sido por «razones humanitarias» dado su estado grave por la covid-19. A su vez, el enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario se tensó aún más en Washington, cuando el entonces presidente Donald Trump aceptó la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental y, como compensación, el reconocimiento del Estado de Israel por parte del rey Mohamed VI. Esta crisis se ha desencadenado en la frontera ceutí con el Tarajal, pero el origen está en los despachos con líderes de cuello duro. Mientras tanto la mayoría de las víctimas, tanto en Gaza como en Marruecos, tienen la mirada limpia.