Los desterrados
Encargaron un poema a la escritora Emma Lazarus en 1883 para colocarlo en bronce al pie de la estatua de la Libertad de Nueva York cuando aún la montaban. Es toda una declaración de principios de la que entonces se veía como tierra de promisión, América. En ese bronce late la norma por la que, recibiendo la emigración de media Europa, se hizo grande esa nación. Brazos abiertos, open arms . Y su antorcha señala el destino tras el océano de los desheradados.
Para entender ese texto elijo su traducción al sefardí, lengua de un pueblo que sabe como nadie de destierros y que se habló tanto en esta ciudad, así que se entiende sin especial dificultad:
El nuevo Coloso : Non komo el djigante briyante de fama grega, kon ekstremidades konkistadoras travesando de tierra a tierra. Aki, en muestra mar, puertas del atadreser, en pies una mujer poderosa kon una torcha ke su flama es la luz de los prizioneros i su nombre es la Madre de los Eksiliados. De su mano komo sinyal briya en bienvenida al mundo entero. Sus ojos suaves komandan el puerto ayroso entre las buchukes siudades. ¡Guadren tierras antikas sus grandes istorias! Yora eya kon sus lavios kayados: “Dame tus kansados, tus proves, tus dgentes amontonadas gritando por respirar livres, el maldicho isyerko de tus yenas oriyas. Mándame a estos, los menesterosos, mándamelos a mí. Yo levanto mi almenara djunto a la puerta dorada. ”
Preguntaron en 2019 por este poema a Ken Cuccinelli, director de emigración del gabinete Trump, y le añadió una infame morcilla: «Dadme a vuestros exhaustos y a vuestros pobres, a los que puedan sostenerse por sí mismos sobre sus dos pies y no se conviertan en una carga pública »... quiso justificarlo después diciendo que ese poema solo hablaba de emigrantes europeos, no de gentes de piel oscura de países que son «agujeros de mierda».
Y aquí, tras lo de Ceuta, también surgen poetas de verbo cristiano y cruel:
Los que buscáis pan o caridad id a llamar a otra puerta, este reino solo se abre al que venga a pagar nuestras pensiones y no a chulear médico o escuela .