Editorial | Inbiotec entra en alerta roja sin que nadie concrete una solución
Los trabajadores de Inbiotec acuden hoy a la reunión con la administración concursal sumidos en el mayor pesimismo. La denuncia pública sobre la crisis de centro de investigación se produjo hace bastantes días y las instituciones han dejado pasar el tiempo sin que se concrete una solución de futuro. Inbiotec entra hoy en alerta roja dentro de esa especie de cuenta atrás para no acabar en quiebra. Ya no hay más margen. La solución de su crisis requiere una fórmula de renacimiento de un centro que es fundamental para la investigación en la provincia. Desde las instituciones que han regido este instituto se han aventurado sin mayores compromisos fórmulas como la creación de una fundación o la integración de Inbiotec dentro de la red del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En ambos casos se precisa interés, ambición y esfuerzo para recabar los apoyos políticos que ratifiquen los impulsos imprescindibles para este instituto leonés.
La relevancia y la capacidad de Inbiotec para generar actividad e investigación está fuera de toda duda. Pero quizá se ha incurrido en un error en el pasado al no prever esa transformación que ahora ya no ofrece alternativas. Pero no cabe mirar hacia atrás. Desde ya hacen falta pronunciamientos claros de quienes tienen la posibilidad de salvar el instituto que ha liderado ese polo de investigación científico que no puede perder esta tierra.