Diario de León

Creado:

Actualizado:

M alamente prosperará ningún país donde mande la endogamia, círculo cerrado donde las razas degeneran, las profesiones se desnutren o los partidos se idiotizan. Ejemplo conocido por el lector es la universidad española donde su mayor y peor plaga es la de padecer endogamias que impiden savia o sangre nueva que la sacarían de su apalanque y degeneración. Otro ejemplo: León no dejó de ser solar abandonado y yermo hasta que sus puertas se abrieron a gentes que vinieron de todo lugar a repoblarlo hace once siglos, al igual que esta ciudad, que era un pueblón enclaustrado entre murallas, solo emergió cuando se invitó y se pagó a franceses para levantar una catedral y tras ellos fueron llegando savias europeas que la elevaron en artes, oficos y menesteres haciéndola ciudad abierta, pues de haber seguido en sus endogamias jamás hubiera florecido aquí el gótico vitralista y cósmico perpetuándonos en románicos macizos y penitenciales de los que no se salió en trescientos años.

Sócrates repite mucho la cita preferida de su «colega» don Bertrand Russell:  Las naciones no cambiarán hasta que los profesores de Historia sean extranjeros ... o lo usual será siempre (y bien lo ves aquí, oh Fabio, aliviando la peña sus complejos cazurros) acabar en visión tuerta, barrido bajo alfombra y exaltación del ombligo; las endogamias historiadoras hornean lo provinciano. Y traía la cita el profesor por extenderla a esa manida  Mesa por León  que, como casi todo por aquí, nació con mucha foto, pero morirá sin ella. Y disparó: una Mesa por León nunca servirá para nada hasta que no la forme gente que no sea leonesa. Disuelvan la que aún culea y admitan los integrantes su inutilidad en ese empeño donde cada cual está ahí «por lo suyo» y mandatado especialmente para defenderlo a diente. El caos está servido. Contratad bien pagados a expertos serios y ajenos a intereses locales y acatad después sin chistar las orientaciones que indiquen o aquí seguirá el sindiós, simpatria y sin rey en el que andáis, aunque ahora voceéis reinos... ay, tontines.

tracking