Editorial | Actuaciones más eficaces para el control de la sarna
La sarna avanza en las reservas de caza del norte de la provincia a tenor de los datos facilitados por la Delegación Territorial de la Junta, que desvelan que son, entre los territorios de Riaño y Mampodre, más de 100.000 las hectáreas afectadas por una enfermedad que llegó a estar hace años bastante controlada pero que se encuentra en una fase de expansión y con una preocupante evolución. Tras iniciarse los contagios en los rebecos, la propagación de la enfermedad ya afecta a casi todas las especies presentes en las fincas y su incidencia debería hacer saltar las alarmas para poner en marcha medidas que, a estas alturas de la propagación, deben ser inmediatas y más eficaces de las que actualmente se adoptan. Que la enfermedad haya alcanzado estas cotas —con casos detectados ya al sur de las reservas, en cotos de Boñar, Crémenes y Prioro, además de la afección constatada en la reserva de caza palentina de Fuentes Carrionas— demuestra que la situación es seria, algo que no se puede ignorar cuando experiencias anteriores han evidenciado la rapidez con que un brote puede casi arrasar poblaciones enteras. Hace algo más de una década la sarna diezmó, literalmente, el censo de rebecos en Picos de Europa y hoy la afección real en la fauna de la cordillera se ignora porque solo se constatan los hallazgos de animales muertos o los casos abatidos. Aunque no en León, sí se han detectado ya lobos afectados en Zamora, especie que pronto no será cinegética al norte del Duero, lo que indica que no hay especie que se salve de este mal.