Editorial | El centralismo que hace imposible la normal relación de los territorios

En España existen incontables territorios con desacuerdos históricos que generan conflictos de convivencia. En ocasiones son cuestiones basadas en pulsos sin mayor trascendencia. Pero en el caso de Castilla y León parece fuera de toda lógica el ansia fagocitador que exhibe Valladolid con respecto al resto de territorios de la autonomía. Las quejas son reiteradas, especialmente desde ciudades como Salamanca o Burgos, y en el caso de León la lista de agravios sería interminable. Con este panorama resulta imposible conseguir la imprescindible estabilidad que debe marcar la convivencia entre territorios que en el fondo tendrían mucho más beneficio con una apuesta real y sincera por el entendimiento. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, incluso se prestó durante el anterior mandato a sacarse unas fotos con el regidor leonés Antonio Silván, al que en pocas horas puso en evidencia con unos pronunciamientos que nada tenían que ver con esa presunta concordia mostrada en el paseo de dos políticos de formaciones diferentes (PSOE y PP).

Ahora, la batalla se centra en el Corredor Atlántico y, en concreto, en la determinación de los polos logísticos que serán fundamentales para atraer actividad económica. En juego está el desarrollo de los territorios y parece que Puente opta por marginar a León, con el respaldo de los empresarios vallisoletanos y de Portugal.

Desde ya la pelota queda en el tejado de esta tierra, de sus dirigentes y de sus agentes sociales para plantar cara el nuevo desafío. Con mensajes a la grada y postureos sólo se ganan ‘likes’ en internet y loas sin mayor contenido real para solventar los problemas de esta tierra.

,Texto

+Texto

GTexto