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La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan acaba de presentar el vino ‘Hideputa’. Por supuesto, como manchegos saben lo que es una denominación de origen. Lo han llamado así no porque les saliera malo, sino por bueno. Con el Quijote en la mano, está plenamente justificado. Vayamos a las fuentes, que diría Baco. Cuando el escudero de El Caballero del Bosque le argumenta a Sancho Panza que llamar a alguien «hideputa» no es ofensivo si se hace con cariño, no le deja muy convencido. Pero cuando aquel le pasa la bota con un caldo de Ciudad Real, tras probarlo a Sancho le irrumpe del alma un «¡Oh, hideputa, bellaco!». O sea, imposible mayor elogio. Lo ha embotellado la bodega Alort. Un tinto de crianza de dos años, con 12 meses en barrica, en las variedades Cabernet Sauvignon con Franc moderno. De momento, es para regar sus reuniones, que no todo va a ser darle vueltas al ser o no ser de la partida de bautismo del escritor. Y también para regalárselo a los muchos cervantistas que les visitan, pues los alcazareños se hacen querer y son ejemplo de localidad con inquietudes culturales. Allí donde ahora está Cervantes, debe de haberle hecho mucha gracia y ya les habrá pedido que le manden unas cajas como derechos de autor. Qué menos. Pero hay otra razón de peso para defender tal etiquetado. Una de buena uva. Cuando el escudero de El Caballero del Bosque habla mal de su propio señor, Sancho le espeta que él no hablará mal de don Quijote: «le quiero como a las telas de mi corazón». No lo dijo por estar beodo, sino llamando al pan, pan, y al buen vino, hideputa. No se me ocurre mayor justicia enológica. Alcemos la copas y brindemos por los dos viejos amigos. Y otro brindis más, por los nuestros.

Esto se lo he contado a modo de tentempié, pues pronto también tendremos nuestra gran noticia cervantina. Pero aún macera. No puedo adelantarles más, pues acabaría manteado como Sancho en la venta. Tendremos motivos para brindar. Paciencia.

Felicitaciones, pues, a mis amigos de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. Ponerle Hideputa a un vino me parece estupendo, si es por elogio. Lo que ya me parece mala uva es llamar a un hijo Filomeno o una hija Agripina, sea en León o en La Mancha.