Editorial | El lastre de unos peajes que nunca se solventaron tras tantas promesas

Los peajes de las autopistas han sido uno de los argumentos esgrimidos en algunos territorios —como Cataluña o Galicia— para denunciar un presunto maltrato del que excluían a otras zonas sobre las que nunca se acordaban de que también pagan religiosamente por la movilidad por carretera. Y el problema es que al final supone un lastre dañino para el desarrollo y la competitividad de las provincias con vías de alta capacidad de pago. En el caso de León existe un triple perjuicio evidente. La provincia sufre un peaje para circular por su eje interno fundamental, el que comunica la capital con Astorga hacia Ponferrada. Pero también es de pago su salida más directa hacia el mar, en concreto hacia Asturias. Y León, al igual que todo el noroeste, padece la única vía radial de España que incluye un peaje para acceder a Madrid.

Con ese panorama parece evidente y también aceptable la queja por las consecuencias que tiene un problema que incluso se agravaría si llega la temida implantación de pagos por las autovías ahora gratuitas. En la historia política de León merece un capítulo propio las promesas sobre el final de los peajes o las bonificaciones, la más reciente centrada en el transporte pesado. Pero lo cierto es que pasa el tiempo y de lo dicho nada ha llegado a hacerse realidad.

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