Cuidemos la cantera, es el futuro... y la supervivencia
Siempre que se habla de cantera las miradas van destinadas a los deportes de equipo y en especial al fútbol. Pero es apalabra sirve para englobar más. A otros escenarios en los que la individualidad es una de sus señas de identidad. Más que nada porque son deportes en los que el éxito o el fracaso depende de uno mismo y no de contar con compañeros al lago que remen en el mismo camino. Unos y otros cuentan con méritos suficientes para alcanzar cotas importantes o quedarse en el camino, un margen tan amplio que no se puede cuantificar. Porque la palabra éxito es algo tan difícil de cuantificar que a veces caemos en el error de la superficialidad. Ese éxito no viene sólo, necesita de un trabajo previo, a veces de muchos años. Y ahí es donde hay que incidir y apoyar. La base y la cantera son esenciales porque nada se consigue por improvisación. Por eso no vale con subirse al carro cuando todo sale bien y se consiguen los podios. Hay que ayudar antes para que esas potencialidades puedan encontrar el cauce correcto. El camino se está andando pero se necesita algo más. Y es que la base no es sólo futuro, también supervivencia para los clubes.