Editorial | Las renovables, una necesidad que por encima de todo debe hacerse bien

El cambio en el panorama energético nacional, e incluso si se quiere europeo, es una realidad que ha llegado para quedarse. Deja evidentes cicatrices en comarcas como las carboneras. Y genera también recelos lógicos por temor a los excesos. Pero es importante tener en cuenta que el avance de las renovables llega desde una necesidad real para conseguir la sostenibilidad del Planeta. Y también que cuenta con el innegable aval que supone un mayoritario apoyo de la sociedad hacia un cambio radical para conseguir un mundo más limpio y menos contaminado. Desde ahí también son entendibles todas las quejas. En primer lugar, por que no siempre se hicieron bien las cosas y el daño generado por el pago de unas primas desbocadas con cargo a las arcas públicas acabó generando desequilibrios en el sistema y un enorme agujero al Estado. Y también es importante tener presente que no sirve un criterio de tabla rasa, que el fin de conseguir una energía limpia suponga la disculpa idónea para usar cualquier cosa al alcance. Para conseguir el imprescindible respeto al Planeta también es importante que se implanten las plantas renovables. Haciendo las cosas bien. Con un control necesario, pero obviando la postura del ‘no es no’ a todo que defienden algunos. Resulta interesante que el Gobierno vigile si cumplen las eléctricas con las normas y con las contraprestaciones que prometen.